Las cortinas de cristal para el verano

Las cortinas de cristal se han revelado en los últimos años como uno de los cerramientos de terrazas, porches y balcones con mayor popularidad alcanzada.

Dichos cerramientos de cristal resultan especialmente aprovechables en un país como España, caracterizado por sus numerosas horas de sol y su querencia por habitar los espacios al aire libre. La llegada del verano pone en valor el uso de estos espacios, pero se debe considerar igualmente que otras épocas del año favorecen también el cierre a causa de las lluvias, el viento, el frío o la suciedad circundante.

En este sentido, las cortinas de cristal se han convertido en una solución estética, ya que permiten que se pueda ver el exterior y no cuentan con aparatosos perfiles de aluminio. Se componen, además, de cristal templado, lo cual garantiza un perfecto aislamiento térmico y acústico. Respecto a su instalación, las hojas de cristal aportan un beneficio extra: se deslizan y se recogen en uno de los extremos. Por su parte, en el techo, se fijan las guías superiores, lo cual facilita su colocación en todo tipo de ángulos, incluso en los redondeados.

A grandes rasgos, cabe señalar que los sistemas relativos a las cortinas de cristal se han perfeccionado y aportan distintos beneficios. A continuación, se desgranan algunos:

  • Reducen el gasto asociado a la climatización.
  • El acero utilizado, como el de la tornillería, destaca por su alta resistencia.
  • Las caras se limpian desde el interior, por lo que se reduce el peligro de este tipo de operaciones.
  • Se aumentan así los metros cuadrados de vivienda disponibles, la sensación de espacio y el valor de la casa.
  • Las comunidades de vecinos suelen aprobar estos proyectos, ya que no alteran el entorno.
  • Las hojas plegadas prácticamente no ocupan espacio.

En definitiva, las cortinas de cristal aúnan estética y funcionalidad.