Cómo limpiar tus cortinas de cristal

Vamos a dar unos consejos sobre cómo puedes limpiar tus cortinas de cristal. Sabemos que unos cristales limpios da un aspecto inmaculado a nuestro hogar, o local, que siempre es de agradecer por parte de nuestras visitas o nuestros clientes. Ya que unos cristales sucios, no dejan pasar la luz, y el aspecto deja mucho que desear sobre nosotros, aunque el interior esté limpio.
Lógicamente la hoja que se ensucia en mucha más cantidad es la que está expuesta a las condiciones meteorológicas que lo ensucian. La lluvia, tierra, arena, polvo y la contaminación, son los elementos más comunes por lo que las cristaleras y ventanas se ensucian.

como limpiar cortinas de cristal

La tarea de limpiar los cristales de Costaglass, es mucho más fácil ahora, con nuestro cómodo sistema. Las cortinas de cristal te permiten limpiar ambas caras del cristal desde el interior. Sin tener que hacer malabares para limpiar la hoja de cristal de fuera y poner en riesgo tu vida. Así que, las cortinas de cristal de Costaglass , tiene un valor añadido en seguridad gracias al confort de su limpieza, simplificando esta tarea, que nos incordia a todos.

Este es nuestro paso a paso:

  1. Coloca todo los productos que necesites cerca de ti. Limpia cristales, papel secante, o trapo que no suelte pelusa. Raqueta en caso de saber usarla y un cubo de agua con amoniaco o producto de limpieza especializado, y otro cubo para enjuagar el trapo.
  2. Elige una hora en que el contraluz, te ayude a ver las manchas y la suciedad.
  3. Desliza los cristales hacia un extremo y vaya limpiando la última hoja por la parte exterior y parte interior.
  4. Seque muy bien con papel de periódico o papel secante.
  5. Comprobar que las guías están lubricadas.

Si necesitas ayuda, en Costaglass Cerramientos podrá contactar con nosotros, y estaremos encantados de ayudarle dándole las directrices necesarias para ayudar a que sus cristales luzcan, y no se pierda detalle de su entorno. Y como último consejo: Consulte el tiempo antes de limpiar los cristales, no vaya ser que llueva. Todo un clásico en nuestras vidas.